Sinsentido
¿De qué se trata la vida? ¿De
rumbos que se diagraman solos y sólo se dejan ver una vez que comienzas a darte
tumbos? ¿O es que ni siquiera hay dirección?
Hay ocho millones de concepciones diferentes acerca de cómo se debería gastar
mejor la vida. Un infinito conjunto de minutos apuñados, guardados y ahorrados
en el transcurso del tiempo, para disfrutarlo dice qué en algún momento.
Pero hay un fin... un logro... un destino.
Un destino que no tiene forma de polvo ni textura de gusanos... cuando lo
grandiosos que hemos sido no perdura sino en estropajos a dos metros bajo tierra
o en un montón de cenizas secas. Cenizas que no lograr revelar ahí la esencia de
una especie humana ególatra y pedante.
Si la diferencia es que escriben y piensan... ¿Por qué no ejercen su
racionalidad cuando no son más que un montón de huesos secos y apilados?
Porque están limitados por la naturaleza. Por los límites de lo perfecto que no
les deja ser sino humanos.
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