Leyenda
Hazme el favor de asomarte a mi sexo y decirme quien vive dentro.
Pertenecemos al espejo invertido de la vida,
coloreamos los espacios, embelleciendo las prontitudes
la perfección de lo inalienable.
Donde no se conoce el dolor porque no existe la piedad.
La bestia enfurecida paseándose de un lugar al otro,
mirando
su reloj de arena para dictar el juicio final:
- Arrodíllate- se ha cumplido el plazo,
Lamentable…
el sabor de mi sangre no durará demasiado entre tus dientes.
Aun así, prefiero morir que no haberte respirado nunca
mientras exista un abismo siempre estaré esperando al otro lado.
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