CONSECUENCIA
Incendiándome los ojos
te aniquilo lenta y metódicamente cuando me viene en gana
reconstruyo de nuevo para escucharte crear sonidos dulces, melodiosos.
Escapo de la claridad a la que me condenas
vuelvo contra ti, arranco tus venas
y me entretengo jugando con restos en un suelo
luego tendré que limpiar.
Adormezco a los grillos
para que no me molesten dándose cuenta de mi perdición
del más cruel defecto: la carne podrida entre dientes.
Esta nieve oscura que maldice con una sonrisa despiadada
espesando mi capacidad de comprensión
intenta volver a sedarme hasta que vomite todo el rencor que le guardo,
pero mi pueril pensamiento se lo impide
y le exige respeto por esta tentación sin descanso.
Nada sacia
ni siquiera la rememoranza de una lápida mortecina
a la cual aún regalo flores para no despertar sospechas.
Para que nadie intuya que llevo tu cadáver cosido a mi cuerpo.
Copyrigth 2002© Todos los derechos reservados.